La radiocirugía impide que las células se reproduzcan y continúen su crecimiento. También daña los vasos sanguíneos del tumor y frena la llegada de los nutrientes que lo alimentan.
La luz verde del búnker médico blindado con plomo indica que las compuertas que liberan rayos gamma se cerraron. Claudio Lühr, radiocirujano subespecialista en radiocirugía, por fin puede entrar a la habitación libre de radiación. Allí lo espera Aurora Fuenzalida, una paciente que acaba de someterse a una radiocirugía que impide que un tumor, alojado cerca de su ojo derecho, siga creciendo y apretando el resto de su cerebro.
Lühr explica que su paciente tiene un meningioma. ‘Es un tumor benigno que nace del envoltorio del cerebro, de las meninges. Como esas membranas están en todas partes, el meningioma puede salir en cualquier lado. En este caso apareció acá’, grafica el médico con la imagen de una resonancia puesta en un computador del Centro Gamma Knife, ubicado al interior del Hospital Militar.
La paciente acaba de recibir el primer disparo de rayos gamma que demoró 20 minutos y se prepara para el segundo. El procedimiento no usa anestesia, pero es fundamental que ella esté inmóvil. ‘En total, ella debe recibir cuatro disparos. Pero todo depende del tumor y del paciente. Lo hacemos en un solo día’, describe Lühr.
El poder de los rayos gamma
Antes de salir de la habitación, Francisco Bova, físico médico del equipo, le pregunta a Fuenzalida cuál es la música que quiere escuchar. Camilo Sesto es el elegido. El segundo disparo de rayos gamma comienza con ‘Vivir así es morir de amor’, melodía que suena dentro de la máquina que emite la radiación y la apunta directo hacia el tumor de la paciente: el potente Gamma Knife, inventado en Suecia.
‘Vivimos en un mundo de radiaciones. Algunas de ellas no producen ninguna alteración en la materia, por ejemplo, la luz. En cambio, otras modifican la estructura molecular. En este caso utilizamos una partícula radiactiva llamada Cobalto 60, que emite radiación gamma’, explica Lühr.
Los rayos gamma, explica el radiocirujano, son emitidos por 201 Cobaltos 60 que están distribuidos en una esfera que pesa casi 20 toneladas. Agrega que la radiación gamma actúa de dos maneras en las células tumorales.
‘Cuando una célula recibe un impacto de radiación, el ADN se altera radicalmente, de tal manera que la célula no es capaz de duplicarlo. Al no poder hacerlo, no se puede multiplicar. Así detiene su crecimiento producto del daño que la radiación ocasionó al ADN’, describe.
La radiación gamma, además, tiene un efecto en los vasos sanguíneos del tumor. Todos los órganos, dice Lühr, necesitan nutrientes como oxígeno y glucosa para vivir. Ese aporte llega a través de los vasos sanguíneos.
‘Cuando se utiliza la técnica de Gamma Knife (máquina que emite los rayos gamma) para atacar al tumor, éste comienza un proceso de trombosis. Los vasos sanguíneos se van tapando en el tiempo y en la medida en que se van tapando, se produce la muerte de las células. Eso significa que el tumor puede incluso reducir su tamaño’, dice.
Qué enfermedades
El radiocirujano asegura que este tipo de técnica se suele utilizar en tumores cerebrales benignos y malformaciones vasculares intracraneales.
‘Para poder dispararle a algo, lo tienes que ver. Los tumores benignos tienen límites claros y precisos. Los malignos no. Siempre vas a quedar corto en cuanto a dónde vas a irradiar. El tumor maligno está más allá de lo que ve el ojo’, destaca. Tampoco, asegura el médico, sirve para tumores de cualquier tamaño. Tres centímetros de diámetro es el máximo en promedio. ‘Uno de cinco centímetros quedaría fuera. Hay que achicarlo con cirugía convencional, primero’, explica el médico. La radiocirugía, agrega, tiene un valor aproximado de $7.000.000, y la cobertura varía según cada Isapre. Fonasa no la contempla.
Hasta el momento se ha utilizado en 750 pacientes, con 95% de efectividad en meningiomas y 97% en Schwannoma Vestibular (membrana que cubre al nervio que controla el equilibrio), que son los tumores benignos más frecuentes.
Gustavo Zomosa, profesor asociado de Neurocirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, conoce la máquina y destaca la precisión de su radiación. ‘Es una máquina fabricada para hacer radiocirugía craneal. Por lo tanto, tiene menos piezas móviles. Eso es muy importante en la precisión. Mientras más piezas móviles tengas, más difícil es calibrar. El Gamma Knife es un casco rígido, es la máquina más precisa que existe para radiocirugía actualmente’, describe.
http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2019-06-25&PaginaId=4&bodyid=0